Colindres
Colindres, cuyo nombre parece que pudiera tener un origen celta “situada a orillas de un río”, con una superficie de 6,6 Km², se extiende de norte a sur formando una franja casi vertical con dos separaciones muy claras: Colindres de Arriba o Viejo Colindres y Colindres de Abajo o Nuevo Colindres.
Concejo de realengo, donde un gran porcentaje de su población pertenecía a la hidalguía, tenía una economía basada en los bosques (robles, encinas, castaños, nogales…), cultivos de mieses, con gran importancia de los molinos y una ganadería muy somera, prácticamente de subsistencia. La ocupación naval entre esta población era habitual en los naturales de la comarca.
La montaña y el mar se han dado cita en nuestro municipio desde tiempos ancestrales, sabiendo aprovechar sus recursos en cada época de su larga y apasionante historia. Cruce de caminos y, por tanto, centro neurálgico del Valle del Asón, en cuya desembocadura instauró su primer astillero naval en el año 1475, teniendo su punto más álgido en los siglos XVI y XVII, cuando en el Astillero de Falgote o Jalgote fueron construidas cantidad de naves y galeones . También hay constancia de la existencia de un puerto pesquero allá por el año 1534.
La expansión del Nuevo Colindres o de Abajo tiene lugar a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, donde los proyectos urbanísticos y arquitectónicos de esta época condensan una sabia manera de entender el “progreso cívico”, equilibrando la calidad de las obras humanas frente a un absoluto respeto hacia el entorno natural de la ciudad. El desarrollo sostenible y la idea de progreso racional imperan en cada una de las propuestas llevadas a cabo.
En la segunda mitad del siglo pasado van apareciendo emprendedores de la industria-taller, sobretodo del sector de la automoción, y de las conservas de pescado que, unido al sector pesquero, hacen de Colindres una de las economías más prósperas de la zona.
30 AÑOS DE ESPECULACIÓN Y PÉRDIDA DE EMPRESAS. ¡ES HORA DE CAMBIAR!
Esto se ve interrumpido por el desarrollo de un modelo basado en la especulación urbanística y que, a la postre, ha sido el causante de la grave crisis económica que todavía padecemos. Los últimos 30 años han servido para eliminar el poco suelo productivo que tenía Colindres, sirviendo de ejemplo la veintena de fábricas conserveras que llegó a tener por las, apenas tres, que alberga en la actualidad, siendo un proceso irreversible al estar prácticamente agotado su suelo.
No obstante, debemos ser capaces de aprovechar al máximo los escasos recursos de suelo y el “olvidado” patrimonio que nos queda, desechando el modelo especulativo, y apostando por un modelo mucho más responsable desde el punto de vista social, económico y medioambiental.